Para un aprendizaje diferente son necesarias aulas muy amplias, capaces de reducir o ensanchar su espacio, de acuerdo a las necesidades el proyecto que se esté llevando a cabo, aulas llenas de luz con muebles de fácil manejo que permitan tanto el aprendizaje cooperativo como la reflexión individual, aulas con más cristales que paredes, aulas que inviten al trabajo, a la relación, al bienestar.
No hay que construir de nuevo, basta transformar los espacios con los que se cuenta, siempre que se tenga muy clara la urgencia del cambio. La arquitectura también educa.
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