DE LAS CELEBRACIONES SE APRENDE

Los que se lamentan de que haya fiestas y celebraciones, sobre todo cuando estas tienen un matiz cristiano, religioso, deberían recordar que también ellas ofrecen ocasiones de aprendizaje.

Si de la cultura occidental - e incluso de las otras - se quisiera sacar todo cuanto tiene contenido o referencia religiosa, la historia, la arquitectura, la literatura, la pintura quedarían reducidas a mucho menos de la mitad, porque, nos guste o no, somos herederos de una cultura cristiana que se ha expresado en el arte.
Aprovechar las celebraciones, las fiestas para aprender el significado de su contenido favorece el aprendizaje contextualizado.
Por supuesto, hay que beber en fuentes fidedignas, sin quedarse en la anécdota fácil ni en la explicación superficial.

Museos, procesiones, arte en la calle...buenos motivos para seguir aprendiendo.
Hablamos de aprender, no de creer, la fe tiene otra dimensión.