Entrelazadas en la vida humana, aparentemente conradictorias unas veces y, sin embargo, siempre destinadas a encontrarse, la fe y la cultura son dos pilares sobre los que pivota el ser humano. Una y otra son dinámicas, hay que ayudarlas a crecer. Todos nacemos en una cultura y con una fe, responsabilidad de cada uno es acogerlas, hacerlas crecer, o rechazarlas, sustituirlas ... sin olvidar que una y otra se relacionan.
Las más de trescientas manifestaciones culturales que Madrid ofrece, a los jóvenes y a los no tan jóvenes, en las Jornadas Mundiales de la Juventud con el Papa, del 16 al 21 de agosto, junto a los actos expresamente dedicados a manifestar la fe, nos lo recuerdan.
Una oportunidad de reencontrar o afianzar raíces, de descubrir o reafirmar la fe, de compartirlas y de gozarlas.
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