"... una sociedad democrática no puede combatir eficazmente a sus enemigos -empezando por la corrupción- si sus instituciones no están firmemente respaldadas por valores éticos, si una rica vida espiritual no florece en su seno como un antídoto permanente a las fuerzas destructivas, disociadoras y anárquicas que suelen guiar la conducta individual cuando el ser humano se siente libre de toda responsabilidad".(Mario Vargas Llosa. 28/08/2011)
Así es. Si los clásicos afirmaban que no podía haber estética sin ética, mucho menos puede existir una democracia auténtica en una sociedad que no favorezca la libertad responsable, en una sociedad de espaldas a lo que es verdaderamente humano, en una sociedad insolidaria, es decir, en una sociedad de espaldas a la ética.
A construir la sociedad que deseamos estamos llamados todos.
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