martes, 27 de octubre de 2015

JUGAR Y APRENDER


Durante mucho tiempo parecía que jugar y aprender eran dos verbos que expresaban acciones opuestas, que uno no tenía que ver con el otro, que mientras jugar era divertido, para el patio, el recreo, las vacaciones, aprender era serio, reservado al aula, para las bibliotecas, para los días lectivos.Sin embargo siempre ha sido evidente que el juego es aprendizaje para la vida y que haber jugado en la niñez favorece el desarrollo armónico de la persona. No podemos olvidar el "Homo ludens"de Huizinga, ni la afirmación de Vigotski "Los juegos constituyen la fuente principal de desarrollo cultural en el niño, y en particular, del desarrollo de la actividad simbólica"
Ni jugar excluye el aprendizaje ni el aprendizaje debería prescindir del juego. No me refiero solamente a incluir el ajedrez en el currículo, que en los colegios que ya lo tienen está más que comprobada su eficacia, que ayuda a desarrollar la Inteligencia lógico-matemática, además de favorecer la adquisición de hábitos y el crecimiento en valores. Estoy convencida de que el juego motiva el aprendizaje por lo que lleva consigo de autonomía, de competencia, de relación con los demás, de diversión,  porque emociona, ayuda a desarrollar capacidades diversas y además es un buen maestro que incluso enseña a perder. Entre hacer ejercicios de análisis sintáctico sentado, con papel y lápiz y hacerlos compitiendo en una divertida gynkama no hay color.
La creatividad de los maestros y las múltiples herramientas que la tecnología pone hoy al alcance de todos hacen fácil la gamificación en las aulas.
Aprender y jugar son dos buenos aliados.





No hay comentarios:

Publicar un comentario