Acaba de celebrarse en Roma el Congreso Mundial de Educación Católica que ha dejado en los más de 2.000 participantes el orgullo de pertenecer a Centros Educativos Católicos, no importa en qué parte del mundo, Centros que no son ni quieren ser meros dispensadores de competencias, sino que precisamente por su misma naturaleza, son lugares de encuentro, de diálogo y de crecimiento mutuo, plataformas de evangelización, por medio de un itinerario de educación para la vida, que ponen en el centro al alumno y que se abren a los demás para colaborar con el bien común y el compromiso de llevarlo adelante "fabricando el avión mientras volamos"( Montserrat Del Pozo).
Mucha esperanza, mucha ilusión y entusiasmo en esta pasión renovada, junto con la constatación de que el Proyecto Educativo de Nazaret está en la línea de las mejores escuelas que educan hoy para mañana.
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