La experiencia nos muestra la importancia de aprender lo más pronto posible a tomar decisiones, porque no es innato, es fruto de haber aprendido a pensar; por esto la educación no puede ignorarlo.
Tomar una decisión requiere contar con unos factores que configuran un Mapa de Pensamiento:
¿Qué hace necesaria la decisión?
¿Qué opciones tengo?
¿Cuáles son las consecuencias que se siguen de cada opción elegida?
¿Qué importancia tienen estas consecuencias?
A la luz de las consecuencias, ¿qué opción es la mejor?
Aprender a seguir este mapa, acostumbrarse a este rigor mental, hace más probable tomar la decisión adecuada.
Y puesto que la persona comienza muy pronto a tomar decisiones es necesario aprender muy pronto cómo hacerlo.
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