sábado, 17 de octubre de 2015

PARA LA VIDA

Es bien sabido que la educación es para la vida. Por esto es fundamental educar actitudes, fomentar valores, hábitos que ayuden a llegar a ser precisamente lo que cada uno está llamado a ser: persona.

Los contenidos básicos de una educación para la vida los expresó en forma de oración de súplica el general Mc. Arthur pensando en su hijo:
"Dame, Señor, un hijo que sea lo bastante fuerte para reconocer cuando es débil y lo bastante valeroso para enfrentarse a sí mismo cuando sienta miedo. Dame un hijo orgulloso e  inflexible en la derrota honrada y magnánimo en la victoria.
Dame un hijo que nunca doble la espalda cuando deba erguir el pecho, un hijo que sepa conocerte a Tí... y conocerse a sí mismo que es la piedra fundamental de todo conocimiento.
Condúcelo, te lo ruego, no por el camino cómodo y fácil, sino por el camino áspero, aguijoneado por las dificultades y los retos, y ahí déjale aprender a sostenerse firme  en la tempestad y a sentir compasión por los que fallan.
Dame un hijo cuyo corazón sea limpio, cuyos ideales sean altos, un hijo que se domine a si mismo antes de que pretenda dominar a los demás; un hijo que aprenda a reír, pero que también sepa llorar; un hijo que avance hacia el futuro pero que nunca olvide el pasado.
Y después de que le hayas dado todo esto, agrégale, te suplico, suficiente sentido del buen humor de modo que pueda ser siempre serio, pero que no se tome a sí mismo demasiado en serio.
Dale humildad para que pueda recordar siempre la sencillez de la verdadera grandeza, la imparcialidad de la verdadera sabiduría, la mansedumbre de la verdadera fuerza.
Entonces yo, su padre, me atreveré a susurrar: No he vivido en vano"

1 comentario:

  1. No conocía esta oración, me encanta, me ha hecho pensar. Qué bien dicho! gracias

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