miércoles, 6 de junio de 2012

"FAHRENHEIT 451"

La noticia hoy de la muerte de Ray Bradbury, autor de la obra que en su momento leí con mucho interés,  me ha vuelto a poner de manifiesto la importancia de los libros en la forja de la propia cultura. Los libros nos "forman" por la transmisión de su contenido, por su estética, su ética, sus valores, por su facilidad de llegar a cualquier lugar, de entrar en la casa, de acompañarnos y no importa en qué formato se presenten. 
Como en la citada novela,la mayoría de nosotros, de alguna manera, también somos "un libro" ( o más de uno) el que casi sabemos de memoria, que releemos, subrayamos, saboreamos, el que procuramos tener siempre a mano ...
Ser artífice de la propia cultura es obra de mucho tiempo; es fruto de ir generando un "poso" intelectual y emocional, fruto de reflexión, de inquietud, de interrogantes, de gozo, que nos configura y que los libros nos ayudan a crear.
Y, como todo lo importante, comienza en la familia y la escuela y dura toda la vida.

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