Afortunadamente ya son muchos y muy distintos los que cada vez en más Colegios se utilizan como ámbitos de aprendizaje, diferentes a la aula tradicional. La ciudad, el pueblo, una sala de museo, un campo, un auditorio, los pasillos, una pantalla... son espacios educativos y se ha confirmado su eficacia. Pero hoy me gustaría referirme a un tipo de espacios que creo enriquecen el aprendizaje precisamente porque siendo muy diferentes, inciden unos en otros, sin que ninguno corte a aquel con el que se roza, y mirando todos hacia el mismo centro. Son los que algunos llaman "espacios tangentes".
Generar en el aprendizaje estos espacios es lo que de alguna manera se pretende en los Proyectos, cuando el contenido, el punto de vista de cada materia roza el de las otras y a todas las toca en más de un punto el espacio de creatividad de cada componente del grupo que lo trabaja, y que se expresa de formas muy distintas, de acuerdo con las Inteligencias que manifiesta.
Es verdad que se pueden originar espacios conflictivos, pero lo que es cierto es que a base de espacios tangentes se crea una riqueza complementaria que abre nuevos horizontes y hace un guiño a seguir investigando.
El gusto por aprender puede originarse en algunos espacios tangentes.
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