Disfrutar con los hijos, ayudarles a obtener una buena organización neuronal, poner las bases de lo que será su personalidad, llevarles a la excelencia intelectual, humana, espiritual, física y artística son algunos de los objetivos de estos cursillos, dedicados especialmente a las familias.
"Saber que puedo y no hacerlo - expresaba una mamá al terminar un cursillo - me parecería estar traicionando a mi hijo".
Es mucho más de lo que se cree lo que los padres pueden hacer por y con sus hijos en los primeros años donde en el cerebro todo está por decidir todavía, sin miedo, porque el "cerebro se desarrolla con el uso y es un recipiente que cuanto más se le pone más cabe" (Glenn Doman)
He hecho el cursillo con mi marido hace unos años y no lo he olvidado nunca. Me abrió un horizonte increíble para disfrutar, estar y trabajar con mis hijos. Profundo agradecimiento a M Montserrat por todo cuanto nos dijo.
ResponderEliminar