La historia, tanto la grande como las pequeñas historias, las protagonizan las personas, también las sociedades son el resultado de la actuación de las personas que las forman, por esto es tan fundamental recordar que el secreto de toda transformación social reside en la educación.
Si se educa para la vida, tal como recordábamos hace pocos días, lo normal es que sea precisamente la educación la que procure hacer la vida de todos más humana, más justa, más solidaria.
Compartir experiencias en un Congreso, escuchar a los que han investigado sobre el tema, sin duda aportará ideas para ser llevadas a cabo.
El tesoro que encierra la educación es inagotable.
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