La pedagogía ya hace tiempo que concede al juego un papel importante en el aprendizaje. Es lógico, porque el aprendizaje debe partir de una experiencia motivadora, global, integral y significativa que permita elaborar esquemas de contenidos que permanezcan en la mente del sujeto. Por sus características, el juego propicia esta experiencia, en tanto que facilita la relación, capacita la asunción de diferentes roles, ayuda a entrar en contacto con la realidad, fomenta la creatividad y desvela la personalidad de quien juega.
La psicología ya alertaba de los posibles problemas provocados por no haber jugado.
La atención a cómo juegan puede ofecer al maestro información muy valiosa sobre sus alumnos.
Jugar no carece de importancia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario