Lo escuché y me dejaron sorprendida el tono y la pregunta: "¿Es que vamos a ser todos humanistas?" , le decía un profesor a otro en un pasillo de un centro escolar.
La respuesta es más que clara. Si entiendo por humanismo - tal como lo expone García Gibert en su libro "Sobre el viejo humanismo" Madrid 2010 - la tradición de una larga sabiduría que tiene sus orígenes en la cultura greco-latina y en el posterior elemento catalizador cristiano, cuyo propósito no es otro que el ennoblecimiento armónico de la persona humana en sus facetas ética y estética, intelectual, existencial y espiritual, claro que me declaro humanista y ojalá cada vez haya más humanistas en este sentido.
La educación no puede olvidar que juega un papel decisivo en este aspecto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario